30/5/08

Un paso en el camino

Molinaseca es un pequeño pueblo, de menos de 800 habitantes, situado muy cerquita de Ponferrada (León). Se puede enmarcar en la conocida comarca leonesa de El Bierzo y, de hecho, en cualquier información turística que busquéis, os referirán -gastronómicamente hablando- al popular botillo, ese embutido especial tan típico de esta comarca.

Con su puente románico, sus calles empedradas, las fachadas pétreas y su urbanismo de calles estrechas y estructura alargada, Molinaseca es uno de los pueblos por donde pasa el Camino de Santiago. Una localidad con solera. Por ese puete románico, peatonal, pasan los peregrinos en dirección a Santiago de Compostela. Quizá pasen por la calle que lleva su nombre, pero seguro que no les resultará indiferente. Es más, con tantos calores, pueden aprovechar a bañarse en las aguas del río Meruelo, en una pequeña playita que se ha habilitado para la ocasión.

El próximo día 15 de agosto celebran, como tantos otros pueblos, las fiestas de San Roque -en realidad, este santo es el día 16, pero el día de la Virgen es el día de la fiesta por excelencia en la mayor parte de los municipios españoles y po
rtugueses-.

El caso es que yo llegué a este lugar por varios motivos. El primero, la insistencia de un amigo, durante años, para que nos acercáramos a visitar este lugar, junto a otros rincones bercianos. No le hice mucho caso entonces -perdona- o más bien la vida no me daba para más -y eso ya sabes que es cierto-. Pero vista la oportunidad de estar cerca, y precisamente por motivos de caminante -fui a Ponferrada a visitar Las Edades del Hombre, dedicada al Camino de Santiago-, me acerqué hasta Molinaseca. Lo cierto es que muchas de sus calles estaban levantadas entonces, debido a las obras de rehabilitación del casco histórico. A pesar de todo, este es uno de los pasos del camino que merecen una pequeña parada. Aunque sólo sea para abrir los pulmones y respirar el aire puro de su entorno.

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